RUTA AL LAGO DE LA BAÑA
El lago de La Baña es de origen glaciar. A él se puede acceder desde el pueblo de La Baña, a unos 10 km de distancia, parte por carretera, parte por pistas abiertas para la explotación de pizarra y el último tramo hasta el lago por un camino; o dejando atrás las explotaciones de pizarra, hacer solo este último tramo desde una pronunciada curva donde se puede dejar el coche. Allí se inicia la señalización instalada por la Junta de Castilla y León, que permite ascender hasta el lago siguiendo el curso del arroyo del Lago. Este último tramo tiene algo menos de dos kilómetros de distancia, pero permite aproximarse realmente a lo que fue el paisaje de estas estribaciones de la sierra de La Cabrera antes de que fuera modificado por las explotaciones de pizarra.
EL LAGO DE LA BAÑA, UN ESPACIO NATURAL PROTEGIDO
En 1990, los Lagos de La Baña y de Truchillas son declarados Monumento Natural, los dos primeros espacios reconocidos con esta categoría en Castilla y León.
La protección del lago de La Baña se hace imprescindible para preservar su flora y su fauna, pero sobre todo para mantener las formas del relieve, reflejo de antiguos tiempos helados, cuando los glaciares cubrían gran parte de la sierra de la Cabrera.
El lago de La Baña está propuesto para formar parte de la red NATURA 2000, incluido en la ZEPA y LIC, denominados Sierra de La Cabrera. Además está recogido en el Catálogo de Zonas Húmedas de Castilla y León como “Lagos de La Baña LE-9”.
LAS LEYENDAS DEL LAGO DE HIELO
Son varias las leyendas que tienen como protagonista al Lago de La Baña. Una de ellas afirma que el lago se originó como castigo a un campesino del vecino pueblo de La Baña por trabajar en día santo. Otra relata que un pastor ahogó en el lago las cabras de su vecino, éstas le reclamaban insistentemente con sus balidos y al no poder resistir su llamada, terminó por tirarse al lago. Según cuentan, en las noches de luna llena, aún se escuchan esos lamentos...
La geología encuentra una explicación bien distinta al origen del Lago, que comienza con la formación de los aserrados perfiles de la Sierra de la Cabrera durante la Orogenia Herciniana, en el Paleozoico, alcanzando cotas de más de 2.000 m en Peña Trevinca o en el Pico Moncalvo y continúa durante el Cuaternario, periodo de sucesivas glaciaciones, cuando la roca es labrada por el hielo. Por las pendientes paredes que rodean al lago chorrean fuentes, arroyos y torrentes origen del río Cabrera. Los caleyos, zonas encharcadas formadas por turberas y césped almohadillado y los canchales o lleiras, auténticas avenidas de pequeños fragmentos de roca formadas por fenómenos de hielo-deshielo, recuerdan en el paisaje actual un pasado helado.
El valle glaciar del Lago de La Baña es probablemente el más largo de la provincia; sin embargo, el origen del lago y de la laguna no es glaciar, sino consecuencia del cierre del valle por un gran deslizamiento de la ladera.
En la actualidad, estos parajes se ven amenazados por la proximidad de canteras de pizarra, la apertura de nuevas pistas o la reducción de la superficie del lago, que en algún momento debió ocupar todo el fondo del circo, al ser cegado por los sedimentos que ahora constituyen praderas y turberas.
PAISAJE OCULTO
Situado a 1.380 m de altitud en el suroeste de León, este recóndito paraje ofrece multitud de nichos ecológicos donde prosperan las más diversas formas de vida.
Un pequeño bosque de abedules, acompañado por tejos, acebos y serbales, ocupa el rincón más umbroso y húmedo del lago y constituye la joya botánica del lugar.
Sorprende encontrar, salvo en las épocas más frías, multitud de sapos (Bufo bufo) y ranas (Rana temporaria y Rana iberica) que ocupan los frescos suelos cercanos al lago, praderas y turberas, como si de una alfombra se tratara.
Comments